Las primeras veces que me enfrenté a obras de pintores contemporáneos en diversos museos de
Ahora me enfrento a las preguntas de compañeros que visitan el salón de artes plásticas y ven los cuadros en los que trabajamos. Después de dar su opinión, siempre preguntan qué quise decir y ahí viene el conflicto. Ciertamente, hablando de ese cuadro en particular, cuando empecé el boceto no fue porque tuviera un mensaje que quisiera esconder tras formas y colores. Así que cuando me preguntan qué significa, respondo con otra pregunta: ¿A ti qué te dice? ¿En qué te hace pensar? Porque siendo sincera, lo que ilustro no es más que una imagen que de pronto surgió en mi cabeza; si tiene algún significado, debe estar oculto en los recovecos de mi subconsciente, porque ni yo lo conozco.
El punto es que después de varias experiencias así y sobretodo después de saber que la estética ha cambiado, así como el sentido del arte, su misión y propósito, me doy cuenta de que estamos llenos de atavismos en cuanto al arte. Cuando vemos una pintura esperamos encontrar símbolos ocultos o mensajes sutiles o imágenes misteriosas que sugieren una historia increíble, cosa válida en otras épocas del arte, en las cuales la situación social dio pie a muchas formas de expresión artística que tenían diversos objetivos: rendir culto religioso a través de códigos o enviar mensajes políticos y sociales, denunciar algo. Pero los tiempos cambian, la historia cambia, la sociedad cambia y el arte lo hace a la par.
Así que ahora nos encontramos con obras de artistas que pertenecen a nuestra época, pero las juzgamos y criticamos en base a parámetros y cánones que pertenecen a otras épocas y, por lo tanto, a otras estéticas. No significa que todas las obras que veamos tienen que ser vistas desde una perspectiva específica, pero parte de limitar esta perspectiva es querer darle un significado a algo que no lo tiene, o querer delimitar el mensaje de una obra cuando se supone que el arte se presta para ser interpretado libremente y ofrecer un espacio de debate y discusión.
El arte no siempre tiene los mismos objetivos, a veces no es necesario descomponerlo en los mínimos elementos y darles la calidad de símbolos; es más, antes de dar una interpretación errónea o que raye en lo burdo o lo muy elaborado y hasta pirado, a veces basta con disfrutar.
Alejandra Mendoza Zacarías
6º Semestre
Específico de Artes Plásticas
18 de mayo de 2011