EL UNIVERSO



"Nuestro universo es tan grande o tan pequeño como queramos, el universo somos nosotros y al mismo tiempo formamos parte de él, es todo y es nada, o es lo que queramos que sea. La conciencia puede modificar al universo y el universo puede modificar a la conciencia."
Marcelo Alonso Carranco
Alumno del 4o. Semestre de bachillerato
Marzo de 2012






El universo


En sus insondables tinieblas, guarda su esencia.
La esencia verdadera y eficaz.
Desde la más remota antigüedad ha mantenido su pureza,
Éste ha sido el origen de todas las cosas.
(Tsé Lao; Tao Te King; pág. 37; editorial Colofón; pasaje XXI)



Si escuchamos la palabra “universo” inmediatamente nuestra imaginación nos conduce por una grandiosa red entretejida, donde están atrapados desde su existencia los planetas, estrellas, galaxias y mundos distantes. Como si supiéramos y comprendiéramos su límite aparente.

Se dice que la combinación de los distintos colores (no luces) es una plasta que da como resultado color negro, como la mezcla de los objetos habitantes en “el manto infinito de la existencia”.

El universo es como un misterioso laberinto atascado de lo desconocido, repleto de pasadizos rebuscados, algunos sin salida, sin luz y obstáculos mortales; un mundo con miles de mundos, ventanas y conciencias atrapadas en otras. Nosotros mismos que lo hemos estudiado lo más profundo que hasta ahora hemos podido  no logramos rebelarlo, ni siquiera somos capaces de dar un punto a nuestra ubicación exacta, ya que el universo pareciera estar en un constante movimiento, tal como el de la tierra y el de otros planetas y galaxias. En el universo somos viajeros, nómadas imparables.

Para aquellos que intentan descubrirlo les resulta casi imposible y dificultoso, tanto que no pueden extenderse más lejos de sus narices, lo que aplicaría más bien a todos en general. Sin embargo, por no saber exactamente que es, nuestra mente puede permitirse el lujo de darle cierto significado.

El universo puede ser como un espejo viendo a otro espejo, interminable de observar, escuchar, probar, sentir y no sentir; es comparable al mar furioso y tranquilo, pero a su vez el universo puede simplemente existir porque nosotros decimos que existe, o creemos que existe. Ésta ideología nos sugiere que el universo es nada.

¿Qué es el universo? 

Es como un abismo del que salen todas las cosas. Porque a pesar de la idea de su existencia o no existencia hay una única verdad, nosotros existimos porque sentimos y es por eso que muchos aseguran de la realidad de un “universo”

Viajando hacía el pasado estas ideas surgían en las cabezas de muchos sabios, aunque lo podían llamar de diferente forma y no siempre compartían sus pensares.

Transportándonos a la China del siglo VI a.C. Lao Tsé (el viejo niño) fundó una doctrina anterior a la de Confucio que se basaba principalmente en el TAO y en  TE.
Él viejo niño en un pasaje de su obra “Tao Te King” escribió, «El universo es al TAO, lo que los arroyos y los valles son al río y al mar»1.

En ésta parte del ensayo-poema está  igualación de un término con otro es lo que da una idea única de ambos significados.

¿Qué es el TAO?

Varios expertos en la materia no lo pueden definir con seguridad, ya que como el universo, está en movimiento, tiene un origen desconocido y todo intento por expresarlo está limitado. En pocas palabras, ni el pensamiento ni el lenguaje pueden abarcar su esencia por completo.

Cuando leemos el “Tao Te King” e imaginamos el significado propio del universo, comprendemos por qué muchos se refieren a ambos (incluido el propio Lao Tsé) como una ilusión aparente.

Una definición que también podemos considerar correcta es que el universo es el caos, el origen de lo que conocemos y desconocemos, es anterior a dios y a nuestros pensamientos, es el propio sentido de los caminos de la vida y la no-vida, de la muerte y la no-muerte. Va más allá de lo que queremos entender.

El universo a su vez es un todo, algo que existe y a su vez no, algo que se toca y no se toca. Es pequeño y es grande, también es inmenso e infinito. Se le puede considerar como eterno y sin un nombre definido. Todos sus significados son uno, pero separados son nombrados de forma diferente.

En conclusión, el universo es indescifrable porque nosotros mismos no podemos descifrarnos ni leernos.

Alba María González Leal
Alumna del 4o. Semestre de bachillerato
Marzo de 2012





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